Cafetería Katy Delicatesen

Los mejores biscochos acompañados con chocolate, queso de hoja y manjar, están en la ciudad de Cayambe

¿Qué debes saber?

Nuestros productos frescos y la inigualable oferta de Bizcochos y manjares de nuestra tierra le hacen el trabajo más fácil a nuestro equipo de trabajo que propone una cocina casual y fresca logrando combinaciones típicas.

  • Ubicados en la Av. Natalia Jarrín s027 y Bolívar, Cayambe, Ecuador
  • Atención de 7h00 a 22h00 lunes a domingo

Los milagrosos, que transformaron una pequeña ventana en 12 ventanas panorámicas.

Hace 38 años, María Venancia Picoasí, iniciaba su jornada a altas horas de la madrugada, su tarea era enfundar “los milagrosos”, un pequeño empaque de papel que vendía en la ventana de su casa desde las 4 de la mañana.

Los milagrosos, hasta ahora guardan en su interior un tesoro gastronómico que enorgullece a Cayambe. Bizcochos, queso de hoja y manjar, son los 3 productos a los que fieles devotos de la comida típica ecuatoriana, le atribuyen milagros.

Y es que, en la década de los ochenta del siglo pasado, a partir de las 5 de la mañana, los moradores de Cayambe se dirigían todos los días a la estación de transporte, para iniciar un viaje que les llevaría a Quito en donde realizaban sus trámites. Viajar a Quito y regresar a Cayambe en el mismo día con buenos resultados, era una tarea que exigía los favores de los milagrosos, manjares a los que ningún funcionario público de la capital podía resistirse.

Consejos milagrosos

María Venancia desde su ventana, no solo miraba el acelerado paso de sus coterráneos, era también testigo del avance de su pueblo que de apoco empezó a tener oficinas públicas que redujeron los viajes a Quito. En sus madrugadas de trabajo, contempló además el crecimiento de sus hijos que pronto migrarían a Carita de Dios para continuar con sus estudios y el deterioro de la salud de su esposo que, con un alzhéimer avanzado, debió retirarse de su trabajo.

Sin recursos, María Venancia no se rendía y en las madrugadas le pedía a la “Virgen de Intag” que le haga un milagro. Y la virgen le cumplió, cuando una mañana, el cura del pueblo le preguntó: “Y si en lugar de empacar los bizcochos de otros, empacarás tus propios bizcochos, ¿Qué pasaría?”

Ese milagroso consejo, disfrazado de pregunta, es ahora la prueba de lo que se consigue cuando un emprendedor está determinado a alcanzar una meta, hoy, 38 años después, en el mismo lugar donde el cura realizó la pregunta a “La abuelita de los bizcochos”, se levantan 12 ventanas panorámicas que le dan la vuelta a toda la manzana y que permiten observar el trabajo de 18 personas que día a día elaboran más de 3mil bizcochos.

No quedo otra cosa que santiguarse, encomendarse a la Virgen y comenzar.

La pregunta del cura, caló muy profundo en el corazón de María, pronto comprendió que para alcanzar su meta necesitaba de ayuda. Rosa su proveedora de bizcochos se le sumó, ella tenía la receta y con sus hijas, le dieron forma al inicio de esta empresa. Fue así como en lugar de la ventana instaló una tienda a la que llamó Katy, en honor a su primera hija. La venta de sus propios bizcochos marco el inicio de un lento proceso en que la clientela pedía más servicios a Katy y María Elena, las hijas de la abuelita.

Con la crisis financiera de los 90, Katy busco nuevos rumbos en Europa, dejando a María Elena al frente del negocio familiar al que se sumó su esposo, Rodrigo. Fueron ellos que hace 28 años, decidieron transformar la tienda en una micro empresa. Tumbaron la vieja casa y construyeron una cafetería.

Del manso Guayas al imponente Cayambe.

Cuando Javier contemplaba la tranquilidad del manso rio Guayas, soñaba con forjarse un futuro, tal vez el aroma de los puestos de venta de morocho guayaco o la felicidad de la gente alrededor de estos puestos ambulantes, despertó en él, una llama de emprendimiento.

Así fue como se fugó de su casa, fue su tío Rodrigo quien le brindó un nuevo hogar y el Volcán Cayambe el que le acompañaría a soñar. Tenía 17 años cuando su tío le compró una cafetera y le pidió que impulsará la venta de café y le fue muy bien. Rodrigo impulsó además sus estudios, lo inscribió en la UTE donde estudió gastronomía.

María Elena, Rodrigo y Javier, supieron adaptarse a los cambios y apostaron por cada uno de sus sueños, hoy Katy delicatesen es una microempresa que da trabajo a 18 personas y cuenta con un amplio local con hermosas ventanas que brindan una vista privilegiada al Cayambe, turistas nacionales e internacionales, llegan todos los días preguntando por los milagrosos de la abuela.

En las mañanas Javier toma un respiro en la ventana panorámica que se ubica en el mismo lugar de la de su abuela, buscando ser testigo del avance del pueblo de Cayambe, asumiendo el papel que juega su negocio para el turismo del Ecuador y sintiendo el abrazo de su abuela, con la que mira el futuro.




Publicado en:


Publicado por: