Leyenda de la estrella que ubicó a Cochasquí
Muertos de miedo, decidieron ir a contárselo a su rey, por lo que echaron a correr hacia palacio. El monarca, que a la sazón también era un brujo y un sacerdote, instó a su pueblo a que intentasen calmarse y se mantuvieran tranquilos.
Su idea era arreglar lo sucedido con los propios dioses, para lo cual se bebió un vaso de chicha (una bebida que está compuesta por distintas clases de maíz) y pronunció un conjuro, hecho lo cual cayó en un profundo sueño.
Al despertarse, el rey volvió a llamar y a reunir a toda la gente del pueblo para transmitirles lo que había visto. Les dijo: “Los dioses no están enfadados con nosotros, sin embargo quieren que abandonemos este lugar y que nos vayamos a una tierra que es más rica, fértil y bonita que esta. Deberemos de seguir los señales de esta estrella que se ha caído del cielo ya que donde se cae, tenemos que encontrar nuestra nueva ciudad.”
Dicho esto, los Cochasquíes se dispusieron a seguir las señales que fue dejando el astro, hasta que se encontraron justo al pie del volcán Pichincha.
Allí fue el lugar donde decidieron fundar su nueva ciudad, para lo cual construyeron sus nuevas casas, plantaron sus cultivos y erigieron sendos templos: uno para adorar al sol y el otro para rendirle culto a la luna.
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